Por la tangente : De ensayos y ensayistas /

La serpiente del ensayo. -- El imperativo del placer. -- Kertész y el ojo que se ve. -- El ensayista como cartero. -- Cada palabra, un golpe. -- La tragedia de ser cosa. -- La tentación de no pensar. -- El Vitruvio espiritual de Alfonso Reyes. -- Las dos espaldas del ensayo. -- Gotas de lucidez. -- Risa y rezo. -- Tirones de Unamuno. -- El encierro del lamento. -- La nobleza de la crueldad. -- Consuelos de la ficción. -- La simpatía del misántropo. -- En busca del ronquido. -- La bomba de la confesión. -- Montaigne y los letraheridos. -- Arte del tacto. -- La calca y el pellizco. -- Música a la vida. -- La casa de Auden. -- Atrapar el destello. -- La sublime misantropía. -- Desde el fondo de la tumba. -- Zambrano y los trazos de Picasso. -- Contra la tersura. -- Saber melódico. -- La sabiduría del deseo. -- Armonía de lo antagónico. -- El consultorio de Szymborska. -- El café de Jonathan Swift. -- Lecciones de la enfermedad. -- Los sobornos de la simpatía. -- El deseo de no hacer trampa Guisado de palabras. -- El arte de la rivalidad. -- Ser lector. -- La razón ante el abismo. -- El estreñimiento del dogmático. -- El cristal roto. -- La risa de arendt. -- El conversador y el polemista.

"Criatura híbrida, anfibia, el ensayo literario ha sido definido de muy distintas maneras. Célebremente, Alfonso Reyes lo llamó el centauro de los géneros, por considerarlo el hijo mestizo del arte y de la ciencia. Ortega y Gasset dijo que es la ciencia menos la prueba explícita. Chesterton compara al ensayo con un animal de este mundo: la serpiente. Como estos reptiles, los ensayos son de hábitos ondulantes, sutiles y seductores. Su estado casi líquido les permite penetrar todas las rendijas, morder todos los temas con la más irresponsable curiosidad y, de la misma manera, escapar con la más impune ligereza. Ésta es la taxonomía o el símbolo del ensayo al que apela Jesús Silva-Herzog Márquez. Este libro es una colección de ensayos-serpiente, textos tangenciales, que no quieren demostrar ni concluir nada, sino sugerir y probarlo todo. Paseos y divagaciones ajenos a toda forma de totalidad autoritaria. Así, explorando y huyendo, el ensayista visita los territorios de su antojo: María Zambrano y el ensayo como confesión, Roberto Calasso, Jonathan Swift y la simpatía del misántropo, George Steiner, Rousseau y el arte de la queja, Anne Carson, Pascal y la filosofía del desamparo, Diderot, Christopher Hitchens y el arte de la rivalidad, el asimétrico paralelismo entre Alfonso Reyes y Octavio Paz, y, por supuesto, ese otro centauro que fue Michel de Montaigne." -- tomado de la contraportada.