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100 1 _aMarzo Magno, Alessandro
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_eautor
240 1 0 _aAlba dei libri /
_lEspañol.
245 1 4 _aLos primeros editores /
246 2 0 _aL'alba dei libri. Quando Venezia ha fatto leggere il mondo.
250 _aSegunda edición
264 1 _aEspaña :
_bMalpaso Ediciones,
_c2018.
300 _a251 páginas ;
_c22 cm
336 _2rdacontent
_atexto
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500 _aTraducción de: L'alba dei libri : Quando Venezia ha fatto leggere il mondo.
504 _aIncluye referencias bibliográficas e índice.
505 0 _aVenecia, capital del libro. -- Aldo Manuzio, el Miguel Ángel de los libros. -- El primer Talmud. -- El Corán perdido. -- Armenios y griegos. -- Viento del este. -- La tierra y la guerra. -- La edición musical. -- El cuidado del cuerpo: medicina, cosmética y gastronomía. -- Pietro Aretino y el nacimiento del autor. -- Decadencia, recuperación y final. -- Agradecimientos. -- Notas. -- Bibliografía. -- Índice onomástico.
520 3 _a"El primer Corán y el primer Talmud; los primeros textos en árabe o hebreo; las primeras partituras, el primer volumen ilustrado de arquitectura y los primeros cuentos obscenos; los primeros tratados médicos, culinarios o militares; los relatos que anunciaron la existencia de América y los mapas que mostraron su aún vacilante geografía; los primeros libros de bolsillo y los primeros best sellers... La formidable avalancha de novedades que salió de las imprentas venecianas durante la primera mitad del siglo XVI llevó el espíritu del Renacimiento a todos los rincones de Europa y derribó los últimos muros del orden medieval. Armada de papel, tinta y comercio, la Serenísima República desató la revolución del libro. Sus artífices fueron muchos, pero entre ellos sobresale Aldo Manuzio, el genio que creó la edición moderna e ideó la lectura tal como ahora la conocemos. El gran innovador publicó a los clásicos en griego y latín, pero empleó las lenguas vernáculas para producir obras de gran difusión que en pocos años generaron un nuevo mercado cultural. Si los impresores anteriores se limitaban a componer galeradas sin consideraciones formales o estilísticas, Manuzio entendió la página como una unidad donde cada elemento cumple una función práctica y estética. Cuidó la tipografía, inventó la letra cursiva e introdujo signos de puntuación que hoy nos parecen casi «naturales»: la coma curvada, el punto y coma, la tilde y el apóstrofo. Han pasado los siglos y han cambiado las técnicas, pero la forma del libro quedó entonces fijada para siempre. Alessandro Marzo Magno nos cuenta aquí la apasionante historia de esa hazaña." -- tomado de la contracubierta.
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