"Miembro de una familia aristocrática de Palermo, que parecía haber salido de las páginas de El Gatopardo, Leoluca Orlando llegó a la mayoría de edad en el preciso momento en que una nueva secta de la Mafia, particularmente viciosa, hizo su aparición y centró su accionar en la Ciudad de Corleone. Alimentada por las ganancias del comercio internacional de heroína, esta mafia gansteril emprendió un reinado de terror que convirtió a Sicilia en el Líbano italiano y llenó la prensa internacional de imágenes de cuerpos sangrientos -no solamente de los rivales de la Mafia de los Corleonesi, sino también de policías y representantes gubernamentales-. Hacia una Cultura de la Legalidad es la historia de la Guerra de Treinta Años de Sicilia y del papel que tuvo Orlando en la Antimafia. Sus primeros años como estudiante de leyes y activista político fueron marcados por la conciencia creciente de que la Cosa Nostra quería entrar en el ADN siciliano desde hacía cien años. El movimiento de renováción cívica al que se unió, descubrió que los principios de la Mafia se habían infiltrado en la iglesia, la cultura y la política. Además, dicho movimiento presenció el fortalecimiento del mito de que los Mafiosi eran «hombres de honor». Atraído por la política, Orlando fue concejal en Palermo y luego alcalde de la ciudad. Manteniendo su independencia por crear una cultura de legalidad, formó parte de un triunvirato que dirigió la resistencia contra la Cosa Nostra. Giovanni Falcone, Paolo Borsellino y él serían «marcados para morir» por la Mafia. A diferencia de Falcone y Borsellino, quienes posteriormente fueron asesinados mediante coches bomba, Orlando logró sobrevivir y escapó a la Georgia soviética en un breve exilio. Regresó luego a casa para vivir entre guardias armados, mudándose de un lado a otro en autos blindados, para intentar terminar con esta pelea. Un vivo reparto de personajes, que evocan la película El Padrino, se mueve a través de esta dramática historia. Vemos a Stefano Bontate, líder de la «Vieja» Mafia que él mismo estableció, asesinado luego por los gamberros Corleonesi durante la «Segunda Guerra de Mafia». También a Tommaso Buscetta, figura orgullosa y diabólica, quien como el primero de los pentiti (informantes), reveló el funcionamiento interior de la mafia a las autoridades estadounidenses e italianas y dio un testimonio vital durante el gran proceso conocido como el «Maxi Juicio». Al General Carlo Alberto Dalla Chiesa -héroe nacional de Italia, aparentemente invencible, que terminó con el flagelo de las Brigadas Rojas- asesinado en las calles de Palermo junto a su joven esposa cuando chocó con la Mafia A «Totó» Runa, brutal jefe de los Corleonesi, conocido como «la bestia», por su apetito por la violencia y quien transgredió las reglas por las cuales la Mafia había vivido dentro del Estado durante años, al intentar organizar un golpe contra el gobierno Nacional Italiano a principios de los años noventa. Orlando también nos muestra a la figura más enigmática de Italia de la posguerra, Giulio Andreotti, quien se desempeñó numerosos periodos como Primer Ministro y, al final de una larga y ambigua carrera, afrontó un proceso de cargos por haber conducido a su Partido Demócrata-Cristiano a una siniestra alianza con la Cosa Nostra. Hacia una Cultura de la Legalidad es una historia de testimonio y supervivencia. Es también el logro de Leoluca Orlando de registrar el heroico esfuerzo para expulsar a la Mafia de los más altos niveles de la política nacional italiana y describir el movimiento que él ayudó a construir -en las escuelas e iglesias y en las urnas para recuperar la cultura siciliana e inspirar un renacimiento de la democracia." -- tomado de la contraportada.