“La Mano de la Buena Fortuna es ya un libro de culto. Miles de lectores se han sumergido en él buscando ese maravilloso concepto inventado por el autor: el de la lectura total. Son pocos los elegidos que lo logran. Los que lo hacen, se percatarán de que al interior de las páginas uno puede encontrarse con las personas que están leyendo el mismo libro en ese preciso instante. Pero esto no termina ahí, si se agudiza la sensibilidad y se aprende a callar ese pesado y confuso ruido de la vida cotidiana, el lector puede ensanchar los márgenes de la lectura. Encontrar olores, emociones, paisajes que el escritor no describe. Y así, cada libro, cada lectura, es una puerta a una dimensión individual en la que uno se apropia tanto del libro, como el libro se apropia de uno.” -- tomado de la contraportada.