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La bala y la escuela (holocausto indígena) : Modos en que la educación oficial complementa el trabajo represivo de las fuerzas policíaco-militares en los pueblos indios de México /

Por: Tipo de material: TextoTextoIdioma: Español Editor: España : Virus Editorial, 2009Edición: Primera ediciónDescripción: 253 páginas ; 20 cmTipo de contenido:
  • texto
Tipo de medio:
  • sin mediación
Tipo de soporte:
  • volumen
ISBN:
  • 9788492559060
Tema(s):
Contenidos:
Primera parte. ESCUELAS CONTRA LA DIFERENCIA. A propósito de la escolarización forzosa de los niños de los pueblos indios de México. -- Tradicionalismos revolucionarios. -- ¿Un nuevo candor, medio milenio después? -- Los matices del «desengaño». -- Lo que Occidente ya sabía: miseria del «multiculturalismo». Subirse a un barco de salvamento diseñado para que también se hunda. -- Escuela y «policía social anónima». Trabajo cotidiano de «poda» y refundación de la subjetividad indígena. -- Colonialismo exterior e interior. -- Adscripción étnica asignada. Asimilacionismo multiculturalista. -- Vencer resistencias, «tratar» la diferencia. -- Una Escuela «globalizada», aunque policéntrica: los mismos marcos y semejantes pigmentos para una notable variedad de representaciones pictóricas. -- Segunda parte. LA EDUCACIÓN VICTIMADA. Aproximación, desde una alteridad irreparable, a la «educación comunitaria indígena». -- Intangible por informal. -- Tradicional ausencia de «profesores» y de «alumnos». -- Corrupción por el ejemplo: la funcionalidad cotidiana del nuevo magisterio mercenario. -- Democracia india «educativa». -- Condición «comunera», educación «localista». -- Tequio, gozona, guelaguetza... La dimensión educativa de la vida cotidiana indígena. -- Mitos, leyendas, cuentos, rituales... Los huaraches del espíritu. -- Tercera parte. LA ELECCIÓN ZAPATISTA. ¿Para qué escuelas en la selva? -- Marco general de la discusión: educación comunitaria indígena versus escuela de planta occidental. -- Lejos de todo tutelaje de la acción «del otro» por un pensamiento separado: el lugar de la perplejidad y la reserva. -- Las aporías del proselitismo «de izquierdas». -- Daño infligido a la idiosincrasia indígena por la pedagogía implícita de la Escuela. -- La «aristocratización» de los educadores. -- Aparatos ideológicos, pero ¿de qué Estado? La Escuela como expediente desesperado para la reproducción, desde el ámbito superestructural, de una «autonomía zapatista» amenazada en su soporte material). -- «Reificación» de la Escuela (Blonskij en el olvido). -- Los «límites» de la mirada occidental. -- Postfacio.
Resumen: “Pedro García Olivo analiza como la Escuela, ya desde la época de la Revolución, se ha erigido en México en una instancia mayúscula de aniquilación de la idiosincrasia indígena. El modelo de organización autónoma indígena, allí donde no se vio sustancialmente alterado por la injerencia occidental, se caracteriza, y no sólo en Chiapas, por unas estructuras y prácticas sociales altamente participativas, con rotación de cargos y —en buena medida—de tareas, que rehúyen, por sí mismas, la especialización, favorecen el apoyo mutuo en forma de intercambio de bienes o servicios, evitan la monetarización de las relaciones y dejan en manos de la comunidad la administración de la justicia y la producción y difusión del saber. La educación en los pueblos indios no se “impartía» en recintos cerrados, bajo la vigilancia de un especialista, sino que constituía una tarea colectiva, que acontecía en el día a día —tal si se respirase—, de manera informal, puesto que los niños y niñas no eran excluidos de las diversas facetas de la vida cotidiana local. En detrimento de esta educación tradicional, comunitaria, sin aulas ni profesores, la Escuela multicultural aspira a optimizar la colonización mental de los indígenas y su conversión en mano de obra barata. La Escuela difunde hábitos sociales, ideas y valores hostiles a la organización comunera: favorece el abandono de las pautas culturales autóctonas por parte de los más jóvenes, a quienes se les inculca el deseo individualista de un éxito personal fuera de la comunidad y hasta en perjuicio de los intereses de la colectividad. Sin embargo, cuando la resistencia indígena entorpece este proceso de aniquilación cultural, y confluye además un interés económico que desata la avidez del capital nacional o multinacional, al lado de la escuela aparece la bala (el terror policial, militar y paramilitar), pudiéndose hablar de un verdadero holocausto indígena, lento genocidio que los Gobiernos occidentales velan y alientan. El caso de los experimentos escolares zapatistas en Chiapas merece especial atención para García Olivo. Consciente de las dificultades a las que se enfrenta la resistencia chiapaneca, el autor intenta analizar en qué medida la inserción de la Escuela en el tejido comunitario puede ayudar a consolidar o convertirse en un peligro para los modelos de participación y autogestión indígenas, y para el proyecto mismo de autonomía. Tras una profunda reflexión al respecto. aboga por una profundización en la “educación comunitaria indígena», en las practicas informales de enseñanza, en las instancias de transmisión cultural tradicionales: modalidades de socialización del saber, de subjetivización y de moralización de los comportamientos mucho más coherentes con el espíritu de la democracia india —y con el igualitarismo social y económico subyacente— que el engendro altericida de la Escuela occidental.” -- tomado de la contraportada.
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Primera parte. ESCUELAS CONTRA LA DIFERENCIA. A propósito de la escolarización forzosa de los niños de los pueblos indios de México. -- Tradicionalismos revolucionarios. -- ¿Un nuevo candor, medio milenio después? -- Los matices del «desengaño». -- Lo que Occidente ya sabía: miseria del «multiculturalismo». Subirse a un barco de salvamento diseñado para que también se hunda. -- Escuela y «policía social anónima». Trabajo cotidiano de «poda» y refundación de la subjetividad indígena. -- Colonialismo exterior e interior. -- Adscripción étnica asignada. Asimilacionismo multiculturalista. -- Vencer resistencias, «tratar» la diferencia. -- Una Escuela «globalizada», aunque policéntrica: los mismos marcos y semejantes pigmentos para una notable variedad de representaciones pictóricas. -- Segunda parte. LA EDUCACIÓN VICTIMADA. Aproximación, desde una alteridad irreparable, a la «educación comunitaria indígena». -- Intangible por informal. -- Tradicional ausencia de «profesores» y de «alumnos». -- Corrupción por el ejemplo: la funcionalidad cotidiana del nuevo magisterio mercenario. -- Democracia india «educativa». -- Condición «comunera», educación «localista». -- Tequio, gozona, guelaguetza... La dimensión educativa de la vida cotidiana indígena. -- Mitos, leyendas, cuentos, rituales... Los huaraches del espíritu. -- Tercera parte. LA ELECCIÓN ZAPATISTA. ¿Para qué escuelas en la selva? -- Marco general de la discusión: educación comunitaria indígena versus escuela de planta occidental. -- Lejos de todo tutelaje de la acción «del otro» por un pensamiento separado: el lugar de la perplejidad y la reserva. -- Las aporías del proselitismo «de izquierdas». -- Daño infligido a la idiosincrasia indígena por la pedagogía implícita de la Escuela. -- La «aristocratización» de los educadores. -- Aparatos ideológicos, pero ¿de qué Estado? La Escuela como expediente desesperado para la reproducción, desde el ámbito superestructural, de una «autonomía zapatista» amenazada en su soporte material). -- «Reificación» de la Escuela (Blonskij en el olvido). -- Los «límites» de la mirada occidental. -- Postfacio.

“Pedro García Olivo analiza como la Escuela, ya desde la época de la Revolución, se ha erigido en México en una instancia mayúscula de aniquilación de la idiosincrasia indígena. El modelo de organización autónoma indígena, allí donde no se vio sustancialmente alterado por la injerencia occidental, se caracteriza, y no sólo en Chiapas, por unas estructuras y prácticas sociales altamente participativas, con rotación de cargos y —en buena medida—de tareas, que rehúyen, por sí mismas, la especialización, favorecen el apoyo mutuo en forma de intercambio de bienes o servicios, evitan la monetarización de las relaciones y dejan en manos de la comunidad la administración de la justicia y la producción y difusión del saber. La educación en los pueblos indios no se “impartía» en recintos cerrados, bajo la vigilancia de un especialista, sino que constituía una tarea colectiva, que acontecía en el día a día —tal si se respirase—, de manera informal, puesto que los niños y niñas no eran excluidos de las diversas facetas de la vida cotidiana local. En detrimento de esta educación tradicional, comunitaria, sin aulas ni profesores, la Escuela multicultural aspira a optimizar la colonización mental de los indígenas y su conversión en mano de obra barata. La Escuela difunde hábitos sociales, ideas y valores hostiles a la organización comunera: favorece el abandono de las pautas culturales autóctonas por parte de los más jóvenes, a quienes se les inculca el deseo individualista de un éxito personal fuera de la comunidad y hasta en perjuicio de los intereses de la colectividad. Sin embargo, cuando la resistencia indígena entorpece este proceso de aniquilación cultural, y confluye además un interés económico que desata la avidez del capital nacional o multinacional, al lado de la escuela aparece la bala (el terror policial, militar y paramilitar), pudiéndose hablar de un verdadero holocausto indígena, lento genocidio que los Gobiernos occidentales velan y alientan. El caso de los experimentos escolares zapatistas en Chiapas merece especial atención para García Olivo. Consciente de las dificultades a las que se enfrenta la resistencia chiapaneca, el autor intenta analizar en qué medida la inserción de la Escuela en el tejido comunitario puede ayudar a consolidar o convertirse en un peligro para los modelos de participación y autogestión indígenas, y para el proyecto mismo de autonomía. Tras una profunda reflexión al respecto. aboga por una profundización en la “educación comunitaria indígena», en las practicas informales de enseñanza, en las instancias de transmisión cultural tradicionales: modalidades de socialización del saber, de subjetivización y de moralización de los comportamientos mucho más coherentes con el espíritu de la democracia india —y con el igualitarismo social y económico subyacente— que el engendro altericida de la Escuela occidental.” -- tomado de la contraportada.

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