La ética del paseante y otras razones para la esperanza /

Incluye referencias bibliográficas.

Prólogo / José Carlos Ruiz. -- Introducción. -- Una punzada en el corazón del tiempo. -- La ética del paseante y el espíritu del consumismo. -- Sin metas no hay compromiso. -- Disponibles para estar dispuestos. -- Sobre la naturaleza de las rosas. -- Aspirar en el ensueño. -- Pensar la rosa. -- La rebelión de las musas. -- El ruido de la vida. -- El silencio de las profundidades. -- El arte de emocionarse.-- La interpretación de los dueños. -- Poética del algoritmo. -- El espíritu de las redes. -- Urbano, demasiado urbano. -- La voluntad miope. -- Un lugar para la memoria. -- El transcurso del método. -- La curiosidad, cautiva y desalmada. -- El bastón del indio. -- Miénteme, dime la verdad. -- Los albores de la posverdad. -- El crepúsculo de la palabra. -- Tristes tópicos. -- Divulga, que algo queda. -- Elogio de la soltura. -- Crítica de la sanción pura. -- Es la libertad, estúpido. -- Algo va bien. -- La riqueza de las pasiones. -- Teología del mercado. -- Vida y milagros del abejorro. -- La búsqueda científica de la calma. -- ¡Queremos tanto a Ruth!. -- Libre mente: una conciencia prisionera. -- El mundo sin demonios. -- La luz en la oscuridad. -- El rito de la caverna. -- La modernidad del pasado. -- El paseo del escéptico. -- Elogio de lo que perdura. -- La reconstrucción de la esperanza. -- Bibliografía.

"En su poética descripción de la utopía, Eduardo Galeano juega con la paradoja de que cuanto más nos intentamos acercar a su horizonte más se aleja ella de nosotros. ¿Para qué sirve, entonces? Para seguir caminando, concluye el escritor uruguayo. En La ética del paseante y otras razones para la esperanza, el término ética alude a un refugio del ser humano. Y la esperanza se construye con las manos de la memoria, porque todos somos paseantes de su territorio mientras avanzamos hacia nosotros mismos deambulando por cualquier lugar. En cierto modo, el cuerpo es al alma lo que las palabras son a las ideas, así que tal vez, como sostiene el autor de este lúcido ensayo, haya que transitar un poco por el pasado para poder seguir avanzando hacia el futuro. El mejor antídoto contra la indolencia que algunos proponen y la indecencia que otros disponen reside en la incuestionable capacidad que tenemos para poder pasear sosegadamente sobre lo que fuimos, imaginando lo que seremos. Somos memoria y lenguaje, ilusión y conciencia, un sitio inquieto al que llegamos para seguir caminando. Y, por tanto, una esperanza cargada de razones ante la permanente disyuntiva de partir o partirse." -- tomado de la página web de la editorial.